13 de agosto de 2009
Platón
3 de agosto de 2009
Músico y escritora leyendo la tarde.
con el aroma de tu color en las manos
con el ritmo de tu corazón en las entrañas
y con ganas de repetir la música que me das
en cada una de las tardes del buen comer,
para surtirme y anochecer
en tu piel.
31 de julio de 2009
Pasajeando en el metro.
EL MAÑANA
A los veinte años nos dijeron: "hay
Que sacrificarse por el mañana"
Y ofrendamos la vida en el altar
Del dios que nunca llega.
Me gustaría encontrarme ya al final
Con los viejos maestros de aquel tiempo.
Tendrían que decirme si de verdad
Todo este horror de ahora era el Mañana
José Emilio Pacheco.
Unos centavos; monedas de 10 y de 20, que sólo aceptan con gusto las alcancías, fueron el motivo para que la taquillera enojada del metro me vendiera el pase al moebius mientras yo reía.
A través del vidrio me gritó algunas frases célebres del caló mexicano, algo como: “chingada madre”, “estas son chingaderas”. Pero con todo y su enojo, decidió lanzarme por la resbaladilla el papelito que decidí recoger, después de intentar leerle los labios y descifrar lo que según ella, me merecía, por tener la osadía, de pagar con monedas un poco más en desuso en el acontecer, de cada uno de los laboriosos días. Todo por el simple hecho de ya no poder pagar algo ni con un par de ellas, a menos, que las reúnas y regales la morralla difícil de contar para hacerles la medida.
Sólo hay algunas pocas excepciones que poder comprar por menos de diez pesos (tarifa mínima de uso en este completísmo transporte público). Como aquél panfleto, en donde se manifiestan entre colores, las demandas del llamado “proletariado” y las críticas constantes a los grandes mandatarios. Con el fin de poder vomitar con faltas de ortografía, lo que a uno le cuesta machetearle día con día. Y todo por la fabulosa cantidad de “cooperación voluntaria”. Que para fines de salud emocional, recomiendo no aportar en la morralla del malestar.
30 de julio de 2009
Una noche de camino a la soledad.
Mis manos sudaron de fuego.
Mis pies tocaron la tierra.
Mis ojos vieron luciérnagas en los faros de la calle.
Mis oídos escucharon el silencio del alma.
¿Suena sencillo?
Pues sólo de eso se necesita
para tener la barbilla hacia el presente
el pecho hacia adelante
los hombros hacia el cielo
la boca hacia el sabor
la mente hacia las nubes amarillas de sol
y la luna pintada de luz.
Si es que ya lo han dicho;
otros lo han plasmado
y más lo han callado, entonces,
la liberación del espíritu,
ahora dictó mi nombre
mis siete letras
unos cuantos suspiros...
¿Cuántos más?
27 de julio de 2009
Tragos de lluvia.
Mientras las nubes se pintan grises
Los versos se vuelven rojos
Haciendo trotar al corazón
De la que mujer, se hizo nombrar;
Cuando en la soledad,
Hay muchas preguntas que resonar
Llevándolas hasta la solemnidad
E intentar responderse
Como Cervantes, Nietzsche, Buda
En tierras lejanas
De los que así mismos
Se han dicho y escrito hombres.
Entonces el comienzo
De sentir henchido el pecho
De decisiones y fortunas
Es labrado para
Día a día ver el color del cielo,
Saber del propio reflejo
Y dejar caer al infinito
Lo descubierto.
A veces entre esas nueces tronadas,
Duele el salto,
Aprietan las entrañas,
Comen las ansias,
Pero los segundos bastan
Para saber que la respuesta
Viene de adentro
Y del alimento de la calma.
22 de julio de 2009
Saboreando
debe saber pronunciar las bellas,
hacerlas bailar en las almas de quién es persuadido
y sobre todo, proponer un amanecer, aún en la oscuridad, con bríos.
De este momento en adelante,
hasta nuevo aviso, me propuse, sacar unas sonrisas de mis letras
y caminar ya sin revolcarme como a tientas.
cuando puedo mirara al cielo
de querer alcanzar el infinito
con un suspiro de alivio
me enamoro...
de tener el cuerpo henchido
de poder bailar contigo
de salir al sol sin tabardo
de refrescarme al son de un algo
pequeños momentos de bríos,
asombros de lo que río
con ganas de más extravío
y de segundos para persistirlo
sonrío de tenerlo todo,
de asomarme a las ganas
de correr mis dedos
por ese recuerdo
que libera los compases y las armas
para escribirte
una y otra vez
en la piel de lo ocurrido
porque me escurro en mi misma
porque me escurro en la silla
que me sostiene de ser tan tibia
después del calor de lluvia
de cuando se derrite por los suelos
de cuando cae para refrescar el aliento
de los días a contraviento,
cuando camino lento
hoy, con los pies en las nubes
me mojo, de ver el cielo,
de sentir que el cuello
quiere alcanzar tu beso
camino por mis labios
para hacer llover de nuevo;
te pronuncio en silencio
te digo deseo
te llamo Morfeo
y duermo con vos
en este acontecer diurno
en este mundo de versos
y tiempos que salen de lo profundo...
El nacimiento de mis alas
Al perpetuar que me amo, fue el principio para amar a los demás.
Al sentir que mi cuerpo se desvanecía en el telar de una oruga; suave, segundo milimétrico tras segundo milimétrico hasta el fondo del capullo, arrullé en el andar, a mis párpados seducidos, por comenzar a soñar con una sonrisa de alma a oreja.
Y lo entendí también haciéndome cuerdas al cielo con cada uno de los abrazos que envuelven los anhelos de la piel con fuerza y protección.
Además vi el crecer de mis alas cuando pasos en el presente de este caluroso y húmedo verano, pisaron el crujir de las hojas de otoño detrás, comenzando a resonar hacia el más allá...