14 de diciembre de 2009

Sinceridad

Por segunda o tercera vez, escribiré en prosa nada poética, digna de la reserva de un vino no muy añejo, pero si guardadito desde hace 7 años... Nada de casualidad, como lo dicta mi nemurología favorita y mis inspiraciones de la red; como la rebelión de las almohadas que hoy me ha hecho comprender la melancolía de un día, envuelto en sábanas y acolchonadas ideas; como cuando en la casi madrugada, uno se puede atrever a escribir lo que seguro dos o tres despistados madrugadores de la red leerán. Así entonces, me confieso melancólica de los días misteriosos y llenos de cosas tan indescriptibles que sólo pueden ser escritas en sin sentidos versados, buscando el alivio de un alma en pena por estar tan viva de amaneceres del pensamiento fortuito. Así que me lanzo al ruedo (pidiendo disculpas por el atrevimiento etílico) para mostrar lo que una noche de sacudida, puede decir...



Quiero que escribas tu deseo en mi piel
Para que hagas historias de un gemido al amanecer
Y sueñes con el filo de mi pluma cuando veas el mundo que quiere crecer
Besando las nubes aunque sean de cielos tristes
Y espacios oscuros al atardecer en los años
De quisieras insistentes al renacer…

19 de noviembre de 2009

Del otro lado de la cama.


Me flotan los versos

Y agitan los caminos de venidas

En avenidas oscuras de faroles

Rotos y opacos de smog citadino


Cuando en tus brazos

Voy cogiendo mis suspiros,

Enrredados con la cintura caída

De sueños rotos e ilusiones pegadas

Con semen-to-da tu vida por días,

Trepo en lazos inerciosos de frescura,

Sordos besos y gritones apretujos.


Mientras tanto gimo en el humo

De un cigarro apagado por la saliva

De mis ojos frascos en el infinito nocturnado;

Ladrón de mi ventana.


Así tirada sueño en las sábanas dormidas

Que te hacen el amor de espera,

Mientras te hermoseo en la imaginación

En el deseo de tener una libreta

Una pluma cerca del piso, mi cama.


Deliras que estoy contigo,

Cuando estoy en la poēsis de tu ser.


Para que luego en dos palabras,

Pronunciadas por tus dedos,

Se interrumpa mi velada y

Me delicioses las espesuras asilabadas

De lo actuado por tu sombra en mis hojas imaginarias.


Quedándome la gana de otra noche,

De que tus brazos sean fragancias

Para poder escribirte, cada una de las estancias

Aparecidas en las ruinas de mi desmemoriada

Gana de quitarte la ropa, los abrazos de pecho

Y arrebatarte de nuevo las sorpresas en mi espalda.


Por que cada vez que sorbes con tu cuerpo

las fragancias ensoñadas, quisiera

respingar sólo la emboscada guerrera

para labrar el camino de la idea

Y así volver espesura toda la espera,

volverla brisas resonada a tu calor de la mañana.


10 de noviembre de 2009

Pensamiento a la moda


1


Tengo tacones afilados;
para alcanzar el cielo
e ir cortando las nubes
y ver si por allí me encuentro.


Hoy, no es mañana
y tampoco el ayer;
es el otoño de mis manos.

Hoy, huelo a plástico
a gotas de cielo enfrascado
y telas de superficialidad.

Me he vaciado, lo siento...

No sé cómo dejar de hacerlo,
cómo tomar las riendas
de mis zapatos.

No sé estar sola,
mucho menos en el infinito;
se han acabado mis pulmones
de suspiros y cigarrillos

Porque ya no enseñan
a compartir el sol
sin la pretensión
de llegar a él.

Por eso huelo a caramelo

con bombón y rosas

para hacerme perfume mundo
y sueños de antropocentrismo.



2

La raza cósmica
no se vende en tiendas.
El interior del cuerpo
no tiene valor
porque los modistos
no han encontrado el alma;

la venderían
con brillos de lunas,
polvos de estrellas
y un toque de brisas de mar

pero aunque el alma no huele
duele como espinas de rosas
al arrancarles su rizoma.

¿De qué origen hablamos?
si ya ni historia hay...

¿De qué esencias hablamos?
si ya ni incienso es copal...

Huelo a plástico,
me derrito en poliéster
trabajo con mezclilla,
he sacudido las prisas en cada orilla,
y ni aún así soy felíz...











Zapatillas

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Con las uñas pintadas de rojo sangre,
Y los tacones afilados, sueño…
Mientras corto al cielo con pensamientos,
suenan mis pasos de frío
corro para alcanzarme
y volver a ser fantásticos bríos.

Me visto una y otra vez
de colores que me den formas
brillos y sobras; me veo bien
para no cortarme las piernas.

Te digo que sola existo,
que necesito extrañarte;
ser uno y después dos.

Porque sólo así puedo cantar,
soñar despierta y dejarme de traicionar.

27 de octubre de 2009

Hacer el amor

Cuando la irrealidad se posa en los labios fortuitos, en los brazos y en el agua de una boca de dulces palabras, los ideales y las fantasía que deleitan la imaginación y las ganas de lo imposible, desaparece e ignoran el anhelo de un todo, de un sueño en palabras, de un espacio sin sombra, sin cuerpo, sin más que una pequeña nada.

Uno se posa en las margaritas de olores familiares y secuaces, al rosarse con las ideas que dejan lleno al vacío de estómago; al desear hacer un mundo en palabras, en imágenes tangibles. Pero cuando se ha encontrado la irrealidad, el abandono y desconcierto en los brazos de pasiones en mañanas frescas y calores exuberantes; apilados en un cuerpo que desea escribir en lo largo y ancho de otra piel lista para ser mojada por tintas de negras, azules, rosas y de colores inimaginables, la entelequia cambia. Porque el mundo de ideales para un escritor, se funde y derrite en un momento de cama con sabanas largas para escribir historias, con dormitadas concurrentes que dejan brotar algunas sensaciones geniales, con algunas almohadas que elevan la pubis y las sensaciones universales.

Las letras corriendo en segundos y recuerdos, abandonan planes de futuro y revoluciones de masas, cuando encuentran la unidad; la dualidad fundida en un espasmo de conjunción inequívoca; des-conceptualizada, “negativista”, anti progresista. Porque sólo es un momento, unos minutos en los que la sangre hace correr la creatividad para posarla en los sueños de las lunas, en los vientos de los astros, en las concepciones de un todo, en las alas de un ángel, en los vuelos de una nube, en las bocanadas de cigarrillos melancólicos, en las aspiraciones de utopías bordadas, en mantos de cielo, en las expresiones de sensibilidad y amaneceres, en las canciones de grandes placeres, en los códigos de lenguajes inscribibles, en la significancia indescriptible, en el imaginario de la existencia social, en la filosofía, en la palabra persona…

Todo eso transcurre, en unos minutos, mientras se recuerdan las formas del cuerpo y se olvidan al siguiente segundo, como cuando eros y psique confiaban el uno en el otro.

20 de octubre de 2009

Al estar lejos…

Quiero tener las estrellas,
Las flores y los vientos en mis manos
Para volar hasta tus brazos
Y hacer que las nubes
Me hagan volar en tus caricias
En la frescura de tus labios
Y el calor del reflejo de tus ojos.

Quiero caminar por el cielo azul
Para probar tus colores
Aprender cada uno de tus olores
Al besar tu cuerpo de fragancias
Y llevarme tu esencia en las entrañas.

Quiero robarme el tiempo
Para conocerte como ayer
En cada momento
Como si fueras puro viento
Y comerme tu aliento
Como si fuera sólo mi esqueleto.

Estaciones.



Cuando las voces del otoño

Susurran palabras de alegría

Las hojas caen tenues

Noctívago entre las sábanas

De tu absoluta primavera.


Entonces lluevo en la sangre,

De escucharte en salsa al oído

Tan calmado como los rayos entre nubes,

Cuando choca mi alma en tus dedos

De grandiosas esperanzas.


Para entonces…

Paseo de hojas en árboles

Pintadas de sonrisas,

Por las calles de añoranzas

De tener el tiempo en instantes

Y hacernos tan flagrantes

Como pasos flotantes en la tierra.


Luego a la sazón, te llevo en las entrañas

Para hacerme paisajes en los bembos,

Tormentas en la bragadura;

Haciendo de nuevo veranos

Sin cordura y embestidura.


Para después…

En la inclemencia del frío,

Mis hombros caen en cuenta

De recuerdos estridentes

Codiciando nuevamente

El rocío de tus brazos asolando

En mis delirios destemplados.

Jegomros

141009