11 de mayo de 2012

Un pacto de amor

Que las naciones, los contrarios y los enemigos den vuelta a su izquierda con paso redoblado o al ritmo del danzón para que logren ver a su próximo, al que tiene al lado y para que podamos vernos todos, hasta lo más profundo de los ojos, y con eso descubrir lo que está del otro lado del ovillo.
Esto es un pacto de buen comportamiento en donde predomina la falta de falsas morales y la abundancia de éticas abiertas a la evolución de la conciencia. ¡Que las canciones sean himnos de inspiración y que los libros sean sentencias de una persona despierta y que estos dos sublimes acontecimientos sean única y exclusivamente el manifiesto de este pacto de eterno amor! ¡Que estos manifiestos se vuelvan verbo, se vuelvan carne y se vuelvan unión!
Hoy hago un pacto entre las mentiras y la verdad para que se conozcan entre sí y ya no sean lejanas o cercanas sin saberlo. Así vendrá la verdad con plena conciencia de que no es mentira y así vendrá la mentira apenada por no ser verdad.
Hoy soy el pacto dentro de cada centímetro de las entrañas porque colaboro en el quehacer de todos los días.
Hoy hago un pacto con las personas de todo el mundo desde lo más profundo del corazón y desde las uniones más complejas y unidas de todo mi cerebro; porque soy materia antes que alma, porque antes de ir a otro lado estoy aquí, en este sueño acompañado de todos los que también tiene ojos y ovillos. Y aún así quiero ir hacia atrás, hacia allá, hacia abajo y, con poco interés, hacia arriba pero siempre hacia todos lados.  
¡Vamos!

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