Me flotan los versos
Y agitan los caminos de venidas
En avenidas oscuras de faroles
Rotos y opacos de smog citadino
Cuando en tus brazos
Voy cogiendo mis suspiros,
Enrredados con la cintura caída
De sueños rotos e ilusiones pegadas
Con semen-to-da tu vida por días,
Trepo en lazos inerciosos de frescura,
Sordos besos y gritones apretujos.
Mientras tanto gimo en el humo
De un cigarro apagado por la saliva
De mis ojos frascos en el infinito nocturnado;
Ladrón de mi ventana.
Así tirada sueño en las sábanas dormidas
Que te hacen el amor de espera,
Mientras te hermoseo en la imaginación
En el deseo de tener una libreta
Una pluma cerca del piso, mi cama.
Deliras que estoy contigo,
Cuando estoy en la poēsis de tu ser.
Para que luego en dos palabras,
Pronunciadas por tus dedos,
Se interrumpa mi velada y
Me delicioses las espesuras asilabadas
De lo actuado por tu sombra en mis hojas imaginarias.
Quedándome la gana de otra noche,
De que tus brazos sean fragancias
Para poder escribirte, cada una de las estancias
Aparecidas en las ruinas de mi desmemoriada
Gana de quitarte la ropa, los abrazos de pecho
Y arrebatarte de nuevo las sorpresas en mi espalda.
Por que cada vez que sorbes con tu cuerpo
las fragancias ensoñadas, quisiera
respingar sólo la emboscada guerrera
para labrar el camino de la idea
Y así volver espesura toda la espera,
volverla brisas resonada a tu calor de la mañana.