18 de octubre de 2011

TROPOS AMOROSOS

Parece que tu distancia es el eufemismo de nuestra relación. El tiempo será la sinécdoque de la ausencia entre tú y yo. Ese espacio efímero es el retruécano de las conversaciones, mientras las opiniones, nos sentencian para enumerarnos en camino hacia la nada que nada para nada; toda ella desperdiciada y vivida como diáfora por nuestros faltas.

Nuestras concatenaciones llevan de compañeras a distintas ilusiones diseminadas en preguntas.

Con mi locura y la tuya, hecha de tantas preguntas, la anadiplosis nos sentencia para hacernos un largo hilo negro de lo que compartimos. Nos derivamos en hebras, uno y otro, uno en las manos de uno y de otro. Ambos en las manos de nosotros como paralelismos en forma de quiasmo.

Des-esperado me regalas otra interrogación, tan retórica que parece verso retador ante mis posibles respuestas. Sólo te contestaré en mis silencios, aunque la litote me sacuda los cabellos, volviéndome finalmente, una reticencia.

Esto, no se trata de retratos, de etopeyas, ni de prosopografías; se trata de nuestros sinos y de su topografía. Esto se trata de que con tu aliento y cercanía, hagas símbolos y orografías.



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