El té de boca caliente
enardece las ganas
de otro momento en mi frente
y se asoma en espacios
para escribir de repente.
Hablo con la lluvia
sobre nuestras añoranzas,
vacio en los astros
una pizca
de esperanzas aladas.
Hablo y bebo…
Bebo y vuelvo
a sorber el sabor
del vapor del té.
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