Como si el tiempo se robara mis lágrimas
Viajo en mi naufragio esperando
A la Luna como compañía.
Porque ella me ama sin más que un sol,
Porque viene a mis plegarias
Para decirme hacia donde voy.
Por eso quiero regalarle a ese estelar blanco
De los besos que dejan de lado
Hasta el más esplendido de los paisajes;
Y por eso voy a reposar en el pasto
Haciendo rodar mis ilusiones
Al compás de las margaritas
Volviéndolas almohadas voladoras.
Porque mis suspiros no tienen botella
Porque odio el vidrio de los contenedores
Las rompo y entonces debo vaciarlos en las estrellas.
Por eso amaré a mis versos
Y jugaré para abrazarlos cada vez
Que de por mí, deba quererlos.
Aún no dejo de llorar por las cortadas de vidrios
Pero debo saber que mi único destino
Para esos vientos de extravío
Es mi propio brío.
Sólo yo he de emocionarme por las mañanas de mis ojos
Sólo yo he de decirme palabras cálidas
De cuando las primaveras también tienen ojos.
Y si vienen amigos de mi querida Luna
Les daré un poco de queso
Y quizá compartamos un poco más que eso.
Mientras tanto, bailaré por las estelas de los días
Caminaré por los sitios de todas las melodías
Guisaré los tactos de mis alegrías.
Todo para ya no esperarte ni esperar
A que cualquiera me suceda como en antiguos días.
Porque en cada pétalo de margaritas
Asomo partes que ni siquiera conocía;
Soy de máscaras y trajes de lentejuela
De zapatillas de madera
De cabellos cortos y noches largas
De hojas blancas y pulmones nuevos.
Por eso no creas querida Luna
Que te he olvidado, sólo cambié de traje
Y me puse el de las lágrimas que escondía.