Me quedo con el timbre de tu boca en los labios
con el aroma de tu color en las manos
con el ritmo de tu corazón en las entrañas
y con ganas de repetir la música que me das
en cada una de las tardes del buen comer,
para surtirme y anochecer
en tu piel.
1 comentario:
Cuando las cosas no se pueden decir, se escriben.
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