2 de marzo de 2012

Poesía

Tu lengua resucita en mi oído
cada vez
que el viento
de todos
los poetas olvidados
toca a la puerta de mi memoria.

Te apareces como el eco,
revives en mi vientre,
asomas tus dedos floreados
a mis sueños.

Cantas
y me devuelves la esperanza.

Caminas sobre las líneas de todas mis letras,
 tus pasos me dan alas
y vuelo al poema.

Resucitas,
apareces,
cantas.

Caminas
y danzas.


Con la hermosa compañía de Rodolfo Pineda, poesía de carne y hueso.