28 de septiembre de 2010

Pedazo de carne

Para que la carne deseada de mi cuerpo tenga más sentido…

Que me coja el Viento,
que me atraigan las Nubes caminantes
para hacerme sufrir de placer con su aliento,
y así poder volar durante nuestros encuentros.

Que me moje la Lluvia al hacerme suya con sus brumas.
Que me lleve a la hoguera el Fuego
libre de las ataduras,
para derretirme en su purificación y juego.

Que me coma la Tierra
cual semilla en sus adentros,
para envolverme en su ternura
y ser parte del Mundo y sus círculos eternos.

26 de septiembre de 2010

Esencial

Como agua 
mujer 
voy por el camino del río. 

Escucho a la corriente 
y fluyo con sensible oído.

Les hablo a los hombres sobre las otras puertas sensibles, 
lejos del raciocinio, camino.

Me integro a la existencia del Cosmos, 
porque pierdo los pesares del camello.

Mi existencia es casi volitiva,
pero no me pierdo
de los azares del gobierno turbio.

En el aquí y el ahora, retorno al camino eterno. 

Aprendo y corro los espirales como agua en el río.

Expando la sustancia más allá de las fronteras, 
me difumo y desaparezco. 

Les mojo de mi agua más interna, 
nos hacemos dos
nos hacemos uno 
con las grandes fuerzas. 

Todo pierde sus contornos pero no su camino.


La Luna, la Luz y Tú.

1.
Hoy te llamé y sólo supe decirte sobre lo que aqueja a mi cuerpo y sobre lo que tropieza con mi  alma, con una sola ventaja: estoy aprendiendo que la riqueza de muchos es para mí sólo la pobreza. Y que mi riqueza, de frutas sabrosas y frescas, es el camino mendigo para liberar el alma de la cabeza.

Amo la libertad de nuestro amor. Adoro la esencia de las palabras concretas, puras. Agradezco tu oído claro y arropado de comprensión. El olor de tu canto seduce, aunque ya no sea toda mi alegría. Te escucho, querido mío, como si fueras el camino que voy andando. Quisiera decirte tanto, pero me contendré hasta saber el color de mi reflejo.
2.
La intensidad de los altos cielos me acoge mientras el tiempo se roba mis lágrimas.
Las nubes pasan una y otra vez por encima de la Luna y lo único que me consuela es el cuaderno con su pluma.
Y mientras el viento pasa, veo de nuevo luz entre la noche, me sonríe una vez más la curiosa Luna. Ella sabe que necesita hacer el amor con el Sol para brillar en la oscuridad como recuerdo del día. Pero también sabe que debe pisar el día como el astro mayor, para enseñarles a las otras nubes lo que en la vida tiene sabor.
La lucidez sonríe aunque no sea de día.
La Luna es el farol que ilumina a mis ojos para seguir caminando.
Jessica Adriana Gómez Rosas

22 de septiembre de 2010

Juego entre colores


La Reina y sus colores,
ambos primordiales, van corriendo en el camino,
con muerte y vida en el tablero estremecen
las posibilidades del destino
durante el juego, eterno entretejido.

Jessica Adriana Gómez Rosas.

Gracias por sus enseñanzas a Alonso Marroquín Ibarra y Leonel Puente.